II TORNEO INTERNACIONAL MINIBASQUETE DE CASTELO BRANCO


Crónica realizada por Jesús Luena
Entrenador Cantbasket04 Kostka

Este fin de semana el equipo alevín de Cantbasket04 se desplazó a Portugal con motivo de la celebración del II Torneo Internacional de Castelo Branco, invitados por el Club de Baloncesto Aguilar, al que desde aquí queremos dar las gracias por las facilidades ofrecidas para nuestra participación.
El sábado salíamos pronto desde la estación de autobuses de Aguilar de Campoo hacia Castelo Branco (Portugal), y dado que el viaje sería largo, los jugadores de ambos clubes enseguida hicieron amistad, lo que les llevo a una animada conversación entre ellos durante todo el trayecto.  A medio día paramos a comer en una estación de servicio, donde nos cedieron amablemente un espacio habilitado para ello y así poder degustar y compartir lo que cada uno había llevado.
Después de esta parada continuamos con el viaje hasta nuestro destino, al que llegamos a primera hora de la tarde. Nada más bajar del autobús la organización del evento nos enseño las instalaciones y las habitaciones donde pasaríamos la noche.  Tras dejar nuestras cosas en las habitaciones, nos dirigimos a realizar la primera actividad programada, que consistía en un baile, así que pusieron música en el pabellón y todos los jugadores se dispusieron a pasárselo en grande bailando un poquito. Por cierto, ¡no sabéis lo buenos bailarines que son!
Hora y media después fuimos a recorrer la ciudad, a confraternizar con alguno de sus 37.000 habitantes y conocer un poco de su historia. Dimos un largo paseo por el centro de la villa hasta llegar a los restos del castillo que da nombre a la ciudad, al cual nos costó llegar un poco, ya que estaba en lo alto de una loma. Desde ella nuestros chicos pudieron disfrutar de las magnificas vistas que ofrecía el lugar y aprovecharon para hacerse fotos con el paisaje que se contemplaba. Ya al final de la tarde volvimos al pabellón donde estuvimos divirtiéndonos hasta la hora de la cena.
Una vez terminada, nos dispusimos a dormir, pero algún tipo de “virus” nos impedía conciliar el sueño, porque hasta bien entrada la noche no lo logramos. Decir que el sitio estaba genial para dormir (sala cerrada y con calefacción). Después de la juerga pertinente y de cuatro gritos por fin pudimos ir a descansar.
El domingo, a pesar de los esfuerzos de los entrenadores, nos levantamos prontito, ya que algunos jugadores parecían tener un resorte que se dispara en cuanto ven las primeras luces del día. Esto produjo un efecto en el resto de compañeros, que tal y como fichas de domino, les siguieron en su “madrugón”. Empezamos el día como el anterior, con las pilas cargadas. Cuando salimos de la habitación ya estaban por el centro todos los participantes (500 según la organización), así que os podéis imaginar el jaleo que había en el lugar.
Tras un muy buen desayuno y cogiendo  energía para el día que nos esperaba, comenzábamos una jornada muy intensa, llena de actividades y partidos. Desde que empezamos no tuvimos un momento de descanso, ya que el planning consistía en jugar varios partidos y en el medio participar en diferentes actividades, tales como futbolín humano, gymkhanas, clases de hacer nudos, balontiro, demostraciones de la cruz roja, etc.
La convivencia fue genial, pasando un día muy agradable. Sobre los partidos disputados poco que comentar, fueron tres encuentros los disputados, en los cuales no tuvimos excesivas dificultades para llevarnos el triunfo (aspecto menor en este tipo de eventos). La diferencia de potencial quedó en evidencia desde el salto inicial, y a pesar de lo abultado de los marcadores, todos se lo pasaron en grande.
Sobre la una del mediodía paramos para comer. El menú consistía en pasta con carne y de postre, gelatina. Una vez terminada la comida, un poco de tiempo de descanso, para después continuar con las actividades.
Y llegó el momento de volver a casa, nos despedimos de la organización, agradeciéndoles su hospitalidad y facilidades, y empezamos el camino de vuelta a casa. Un viaje de vuelta que al igual que el de ida, estuvo lleno de risas y bromas, ya que a estas alturas los chavales de los dos clubs ya se conocían mucho mas. Tras dos horas de viaje, paramos para disfrutar de la merienda proporcionada por la organización del torneo y retomamos el camino hasta llegar a nuestro punto de partida, cansados pero muy contentos por la experiencia vivida durante el fin de semana.
Por último agradecer tanto a la organización del torneo como al Club Baloncesto Aguilar la oportunidad de participar en este evento.
Saludos y ¡hasta la próxima!


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